Más de una vez oí el nombre de una persona que vivió con mi familia por varios años antes de que yo naciera y que luego creció y se fue a hacer su vida. A veces los conocí en persona porque venían a Panamá de visita y no podían dejar de visitar a mi abuela para agradecerles lo que ella había hecho por ellos, a otros los conocí en el funeral.
Aparentemente, era común que por necesidad socioeconómica, un joven de una familia viviera con otra por un tiempo para que pudiera alcanzar sus metas como estudiar… y estudiar y pues, la meta básicamente era estudiar. Aparentemente era todo lo que podían pensar mis tíos-abuelos porque llegaron como hijos de migrantes afroantillanos1 que probablemente no pudieron estudiar, solo pudieron trabajar. Así que lo primero que aprendieron mis tios-abuelos fue que tenían que estudiar algo para superarse. Pues el lavado de cerebro sirvió de algo porque se logró que tanto ellos como sus hijos y sobrinos estudiaran alguna carrera ya sea técnica o científica y pudieran tener con que sustentar a sus familias. Lo que no sabía era que el lavado de cerebro hacia los estudios y la superación profesional y personal era una cosa colectiva de los afroantillanos en Panamá al punto de que las “adopciones clandestinas2” fueran algo normal.
Acoté este término para mi glosario sarcástico desde que estoy más expuesta a personas que tienen deseos de formar familias y tener muchos muchos hijos, en algunos casos no entiendo por qué quieren más hijos, porque según yo y mi pequeño mundo 1 ó 2 hijos es más que suficiente, pero mis pacientes tienen más de 3 y no les parece mala la idea de tener más. Entonces, no sé si mis abuelas también tenían esos deseos de tener 20 mil hijos o simplemente por ser parte del movimiento colectivo “tienes que estudiar para superarte”3 fue lo que las llevo a adoptar transitoria y clandestinamente a la hija de su prima o vecina de su tío para que estudiaran en la secundaria o en la universidad. Lo que si es cierto, es que de esta observación aprendí que la educación no se le debe negar a nadie.
Nunca he podido decirle que no a alguien que me pida un favor que sé que le va a ayudar a crecer, y nunca me han negado ayuda a mi para aprender o entender mejor algo que estoy estudiando, y por eso estaré siempre agradecida. Y lo digo siempre, agradezco de todo corazón todo lo que se me enseñe con amor.
Algo que nunca imagine era la posibilidad de que yo fuera una adoptada clandestina. Mi familia estaba perfectamente formada. Un núcleo familiar clásico y funcionante con su perfecto nivel de excentrismo, amor y calidez. Sin embargo, tras otros planes del destino, el clásico núcleo familiar cambio un poquito y nos separamos, una fue llamada por el Altísimo y otra fue llamada por las ganas de estudiar. Asi fue como quedé en un país donde conocí a las personas que me acogieron por primera vez al bajarme de un avión. Luego de sólo estar en familia, he sido acogida en casa de desconocidos que ahora también llamo familia y amo con todo mi corazón.
Quiere decir que el movimiento colectivo “tienes que estudiar para superarte” y las adopciones clandestinas no quedaron congeladas en los 60s-70s-80s con las comunidades afrotantillanas que hacían hasta lo imposible para que sus hijos estudiaran y se superaran. Es algo que está en el corazón de todas las personas que se han encontrado en la necesidad de buscar algo mejor que garantice o trate de garantizar el pan sobre la mesa en su hogar.
El día de hoy, no sé qué tan probable será que forme una familia con 20 mil hijos. Probablemente, muy probablemente eso no va a estar en mi futuro cercano, por lo menos no con hijos que salgan de mi vientre, pero si existe la posibilidad de que haga más de 20 mil adopciones clandestinas para que otros se superen y alcancen sus sueños. Mas de una vez me he dado cuenta de que desde que no tengo a mi madre conmigo, la idea de formar una familia sin ella me aterra, porque me preparó para muchas cosas, pero este capítulo no lo habíamos tocado. Estaba reservado para más adelante, pero pues, no nos dio chance y ahora me tocará convencerme por mi sola si quiero o no entrar en esa aventura sin ella.
Les adelanto que soy parte de la New Era que va al psicólogo y cura sus heridas emocionales para evitar las relaciones tóxicas y que probablemente estará soltera por siempre, ¡pero!, tanto de mi familia como de mi psicóloga he aprendido que las relaciones sanas se forjan con acciones y demostrando apoyo emocional, físico, espiritual o hasta financiero con las personas que te interesa tener en tu vida, implica trabajo de ambas partes, sacrificio y tiempo. Siendo este último una de las cosas más valiosas que tenemos, entiendo por qué a tantos nos da miedo sacrificarlo. Pero tenemos que “perder tiempo” hasta que encontremos una “inversión” que valga la pena, porque dejando de intentar no vamos a conseguir lo que queremos.
Las heridas emocionales, especialmente esas asociadas a las relaciones pueden llegar a ser como las heridas musculares o incluso como cuando te fracturas una extremidad. Luego de que atiendes lo feo de la herida, me refiero a ponerle hielo y tomar algo para el dolor, te inmovilizas por un tiempo, viene la fisioterapia, la cual es dolorosa, siempre, pero necesaria porque necesitas recuperar la movilidad de lo que se lesionó y aunque muchos abandonan el proceso de recuperación dolorosa, la mayoría se esfuerza verdaderamente por volver a estar como antes o lo más parecido posible. Aún no conozco a nadie que haya tenido un esguince de tobillo y no haya tratado de volver a caminar. ¿Por qué si tienes la posibilidad de volver a amar, o de establecer relaciones bonitas, no lo intentarías de nuevo?, ¿será que duele más que un esguince4?
Claramente nunca he tenido un esguince…
Atreverse a estar en un ambiente fuera del núcleo familiar en el que creciste durante tu juventud con el fin de superarte, o volver a intentar a aplicar por un trabajo o buscar una carrera o ponerse en una situación incómoda para volver a intentar cualquier cosa que aspiras, valdrá la pena, la inspiración que te da saber lo que se siente no haber tenido la oportunidad anteriormente y saber en donde NO quieres estar hará que nada te pueda detener. De hecho puedes usar como impulso el miedo a volver a estar en esa preocupante situación lejos del éxito que añoras para poder superarte y llegar a la meta por la que estas trabajando.
A todos esos hermanos, primos y tios que he tenido (y no he conocido) por adopción clandestina, quiero que sepan que tienen mi admiración porque pusieron su superación a prioridad de su comodidad y dejaron claro que eso de estar fuera del comfort zone, vale la pena para crecer.
¡Has tu adopción clandestina ahora!
GLOSARIO SARCÁSTICO DE JELANI
1. Migrantes afroantillanos: El Canal de Panamá fue construido entre 1904 y 1914 por los EEUU. Obtuvieron una cantidad importante de mano de obra de negros afroantillanos que por contratos migraron al istmo buscando superación para sus familias que recientemente se habían liberado de la esclavitud. Luego de culminada la construcción del Canal, oportunidades laborales siguieron creciendo alrededor de esta prominente obra de ingeniería del siglo XXI, lo cual propició que continuara la migración de afroantillanos por unos años más.
2. Adopciones clandestinas: integración de niños o jóvenes a otra familia, creando una familia extendida que cuyos miembros no necesariamente cuentan con un vínculo sanguíneo que los ate. La familia que acepta al niño o joven lo hace como forma de apoyo a la familia que lo solicita y puede o no exigir apoyo económico para la manutención del niño enviado.
3. Movimiento colectivo: tienes que estudiar para superarte: estas familias afroantillanas que migraron a Panamá durante el periodo de la construcción del Canal y con el surgimiento de oportunidades laborales, venían llenos de ansias y deseos de superación que llevaron a muchos a criar a sus hijos con un enfoque estricto en la educación y en el crecimiento económico que les permitiera obtener mejores oportunidades laborales y mejor calidad de vida. Muchos enfrentaron obstáculos por racismo o por no tener suficiente educación básica para continuar, pero con esfuerzos de sus familiares lograron completar sus estudios incluso migrando a otros países como México, Cuba y Costa Rica para lograr estudios superiores.
4. Esguince: es un estiramiento o desgarro de ligamentos que unen las estructuras óseas de tu cuerpo. Puede tener varios niveles de gravedad, desde una pequeña rasgadura hasta rotura completa. Es doloroso y requiere reposo y analgesia para su recuperación.