En el instante en el que veo una mariposa azul, mi rostro se ilumina, siento que la naturaleza me sonríe y me recuerda que merezco estar ante su majestuosa presencia. Me llena la idea de pensar que estoy ante semejante frágil belleza. ¿Cómo pueden tener una vida bella, fugaz y despreocupada a la vez? Quizá si tuviésemos esos conceptos presentes en todos nuestros días, nuestra vida podría ser más bella. Cuando veo una mariposa azul sonrío por muchas horas, al verlas no tengo intención de tocarlas ni interrumpirlas, sólo encontrarme con ellas deleita mi día al punto de que casi todas las personas con las que hable esa semana sabrán que vi una mariposa azul.
Soy de esas personas que siente mariposas en el estómago. No sé cómo son las tuyas, pero las mías son azules. Cada vez que veo una mariposa Morpho azul, siento las mariposas en el estómago, así que obviamente, ese es el mismo tipo de mariposa que tengo en el estómago. Lógica muchachos.
Inicialmente pensé que ese sentimiento era algo inventado en las películas, series o dibujos animados, pero luego, cuando era adolescente, conocí a un chico y me di cuenta de que me sentía de manera extraña con él. Me sentía emocionada, pero quería verme cool, también sentía ansiedad hacia un nuevo encuentro para sentir estas mariposas de nuevo. Lástima que sentir estas mariposas es lo más tóxico que puedes sentir cuando se asocia a un chico. Las mariposas en el estómago son un red flag (1). La hipótesis alrededor de esto es que este sentimiento está asociado a la ansiedad que provoca la interacción con esta persona y si estás pensando estar con esta persona porque te gusta, es mala idea estar con una persona que te causa tanta ansiedad. Y cuando analizas esta ansiedad te darás cuenta que esta asociada a una mala experiencia amorosa que no quieres repetir y tu cuerpo te esta alarmando.
Por eso, conscientemente tendré que alejarme del próximo chico que me cause mariposas en el estómago. Al menos eso es lo que me sugieren que haga. La verdad es que no se si debo seguir este consejo. Con lo cursi (3) que soy, veo poco probable que alguna persona que me atraiga no alborote mis mariposas azules. Yo inicio el día, veo el sol y me emociono por su brillo, llueve y me imagino como me derrito en la lluvia, ¿cómo voy a dejar de sentir mis mariposas azules con lo románticos que son mis pensamientos? Pareciera que tendría que quitarme una parte del corazón para no sentir esas mariposas.
Lo que sí puedo hacer, ya que no estoy dispuesta a sacrificar mi corazón romántico que cocina pasta escuchando música italiana, es activar esa parte analista y crítica cuando las mariposas se alborotan. Porque yo me imagino teniendo 50 años de casada y aun sintiendo mariposas azules cuando bailo con mi esposo, eliminarlas para encontrar a la persona con quien quiero estar el resto de mi vida no podrá ser una opción. Lo que voy a hacer es, una vez perciba las mariposas alborotándose, tendré que señalar lo que estoy sintiendo y por qué. Esta técnica se llama “call out” y la usan para mejorar procesos en las empresas. Cuando están haciendo algo dicen que lo están haciendo en voz alta, así se identifica si es correcto o incorrecto tempranamente y se aplica la corrección si es necesaria.
Es una lástima que insista en hacer que esa sensación que no me ha llevado a buenas relaciones sanas esté presente con la persona con quien quisiera tener la tercera relación más importante de mi vida (porque la primera es Dios, la segunda conmigo), puede que reconsidere la presencia de estas mariposas. Quizá no es que desaparezcan, sino evaluar el momento en el que aparezcan. Si aparecen apenas conozco a alguien, pues será red flag (2) y si aparecen luego de 3-5 citas, pues es un green flag (3). Creo que en ese escenario, ganamos todos.
Quiero que sepan que estas mariposas no solo trabajan ante la presencia del sexo opuesto. Pues no, están atentas de todas mis aventuras y también se alborotan cuando estoy por recibir un diploma, cuando estoy por entrar a una entrevista, cuando estoy esperando una noticia importante y cuando me voy de viaje. Están en todo. Son inevitables, y quizá si las escuchara más identificaría malos ratos más temprano, pero así aprendí que no es necesario comprometer tu nobleza con personas que no te valoran.
Cuando las siento y todo se siente bien, son el mejor indicativo de que este es el camino correcto. He aprendido que no estoy buscando un revoloteo de mariposas, sino un delicado movimiento de alas o un vuelo pacífico. El revoloteo indica peligro. Es lo que hacen las polillas antes de ser atrapadas por la luz azul, cuando saben que están en peligro, el revoloteo es su último recurso para salir de ahí. Si sientes el revoloteo, ¡huye que te vas a quemar! Estoy segura de que con fácilmente podrás asociar este revoloteo con alguna mala experiencia que has tenido. Pues mi descripción de mariposas azules en el estómago no es más que el conocido “gut feeling (4)” que muchos identifican como esa sensación o sexto sentido que te ayuda a tomar decisiones, pero como yo soy cursi, yo tengo mariposas azules en el estómago.
Glosario sarcástico de Jelani:
1. cursi: manera de expresarse o apreciar el mundo de manera extremadamente sentimental y con razón particular asignada por la persona
2. red flag: indicativo de peligro, término utilizado por revistas de moda, horóscopos y consejos amorosos para señalar conductas que pueden ser dañinas en una relación
3. green flag: lo contrario a red flag (afortunadamente existe la gente sana)
4. gut feeling: gut - tripa, feeling - sentimiento, sentimiento en tus tripas ante una situación de peligro o bonanza que te ayuda a tomar una decisión.